viernes, 26 de junio de 2009

Vivir a la carrera

Por lo menos en mi generación (y por supuesto generaciones anteriores) todos hemos metido al menos un gol como el segundo que metió maradona a los ingleses, dejando rivales en el campo con grandes fintas y una definición llena de clase. Claro en el mundial solo maradona, pero no es tan único.

Todo esto lo recuerdo porque muchos de los que yo metí fueron en la calle de atrás de la casa, nos juntábamos como 15 monos enanos a jugar fútbol, y como nosotros cada colonia tenia su campo de los sueños, cada colonia tenia sus 15 maradonas.

Campos de pavimento, sin semáforos ni topes, pero sin riesgo de que algún maradonita rompiera los cristales de cualquier imbécil automovilista que osara acercarse y detener el progreso de los próximos campeones del mundo. Y si alguno se atrevía a obligarnos a un descanso, siempre llegaba con mucha calma.

De esto hace ya un buen rato (a mi me invitó el necaxa a jugar con ellos, pero no fui, y Toño hizo pruebas con monterrey, pero no lo aceptaron), y de pronto me di cuenta que a mis sobrinos no les gusta mucho eso de patear el balón, que ya no puedes salir a la calle a echarte una cáscara, porque ahora si hay muchos coches (claro sin tomar en cuenta que correr en pavimento puede destrozar mis rodillas) y ya ninguno pasa con precaución.

Recuerdo que los monos enanos vivíamos con una situación económica inexistente, es decir, solo nos preocupaba el balón. La mayoría vivíamos sin padres la mayor parte del tiempo, ellos tenían que ir a trabajar. No recuerdo ver a ninguno de los padres correr todo el tiempo.

Claro recuerdo que en aquel entonces, todavía pagábamos con pesos y no con nuevos pesos (ahora renombrados otra vez como pesos). Ahora se que el poder adquisitivo de aquellos años era bastante mejor que el de este tiempo, también he podido darme cuenta que el avance tecnológico ha creado ciertas necesidades que en aquellos años no teníamos y por consecuencia crea la necesidad de siempre tener una mejora económica.

Ganar más, trabajar más, comprar más para vivir menos.

Es una primicia del sistema en el que vivimos actualmente, ya se que no es el hilo negro verdad.

Ahora se me ocurre sumarle a todo este escenario la crisis económica y la pesada competencia que tenemos (afuera hay compañeros que eran mejores estudiantes que yo, buscando un empleo, y eventualmente por un salario menor. Y la mayoría estamos así), eso de forma casi automática me lleva a pensar en que tenemos que proteger nuestro empleo (o empleos en caso de quienes tengan mas de uno).

No quiero ni imaginar lo que puede significar el perder el empleo en estos días, con ese presidente del empleo que tenemos, verdaderamente suena a una tragedia, claro una tragedia muy probable para muestra un botón: “alrededor de un millón de mexicanos engrosaron las filas del desempleo abierto, para acumular poco más de 2.4 millones al cierre del quinto mes del año; el desempleo urbano se incrementó 75.5 por ciento; la desocupación entre los hombres creció 77 por ciento y 44 por ciento entre las mujeres; y el número de subempleados se duplicó, al pasar de casi 3 millones de personas (6.5 por ciento de la PEA) a cerca de 6 millones (13.2 por ciento)....

Así que con esa perspectiva, eso de tener tiempo para actividades personales, es algo así como una falacia es un cuento que aunque luchamos por creer y decimos que no, llegado el momento, tendríamos que aceptar un poco de mas trabajo. Hay que salirse de su casa por ejemplo, reducir tiempo de nuestra familia (hasta llegar crudos a la oficina, pero llegar).

Es decir tenemos que empezar a vivir a la carrera, ya no puede uno ir por las calles con calma, solo porque pudiera haber una bola de changos enanos metiendo goles como maradona, no ahora las futuras estrellas tienen que jugar en su casa con el psp o algo parecido.

Ya no puede uno quedarse a comer con calma en la casa, pues hay que regresar al trabajo, porque tenemos mil asuntos pendientes.

Hace unos días, una compañera de la oficina sufrió un terrible accidente. Fue algo realmente aparatoso y terrible para ella, sufrió quemaduras de tercer grado en el 40% de su cuerpo, algo terrible en realidad.

Desconozco las causas, solo se que regresaba de su casa al trabajo, después de ver las fotografías, es fácil deducir que viajaba a una velocidad impresionante, la causa pudo ser impericia al conducir, una falla mecánica, o muchas cosas mas.

Yo creo que la verdadera causa es ese tener que vivir a la carrera, el construir una sociedad donde solo el dinero es lo que importa, nos provoca siempre tener que llegar antes, para conservar el empleo, para ganar un bono, para comprar una nueva cosa.

Deseo de verdad que esta compañera pueda salir bien librada del terrible accidente que sufrió, pero deseo mas que los que no nos accidentamos, podamos pensar un poco en las causas de fondo.

¿Podemos construir una sociedad mejor? ¿Podemos empezar a valorar las cosas no solo por el dinero que pagamos por ellas? Pero sobre todo ¿Tendremos el valor de ver mas allá de nuestras narices y criticar nuestra forma de vida, y hacer algo para cambiar al mundo?

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