sábado, 20 de febrero de 2010

Te invito a desayunar

Fuego lento, calor sin prisa, átomos en movimiento.
Óleo sacramental, en el punto de humeo, irrigando tu ser.
Dermis papilar y corpúsculos de Meissner abrumando al cerebro.

Cortes finos, suaves y lentos en la tersura frutal.
Mordiscos fugaces, degustaciones prematuras.
Cocinero aficionado, catador magistral de tu areola.

Zumo dulce, proteico y nutritivo.
Néctar desbordante, estruendoso, gimiente.
Tu esencia líquida, espasmódica, diseminada en mi.

Efluvios que invaden glándulas pituitarias.
Delectación volátil, disperso a la velocidad de tu agitación.
Destilación hiperventilada, del sudor de tu placer.

Fuego lento, calor sin prisa, átomos excitados.
Nutrición vital, gastronomía desnuda.
Cocinar, amar, vivir. Tú.

¿Aceptas?

martes, 16 de febrero de 2010

Vergüenza y pena ajena

Hace ya varios años, me recuerdo saltando de un camión para ir a mi nunca bien apreciada (por mi) clase de piano. Lo vergonzoso de mi recuerdo es que fuera del fútbol, mi atletisismo y coordinación son lamentables y saltar de un camión en movimiento requiere de cierta habilidad, así que despues de hacerlo, terminé en el pavimento, cual res en patines, pero eso no fue todo, recuerdo que mi madre, se dio cuenta que había olvidado mi pluma así que se asomó por la ventana y con una puntería envidiable, unido a un grito preciso de “se te olvdidó la pluma” la lanzó dandome en la cara mientras yo intentaba levantarme despues de caer del autobús. Por supuesto sentí una enorme vergüenza, mientras todos se reian y yo corría por mi vida, pues un automóvil daba la vuelta en ese momento.

Podría decirles que mi vida está llena de momentos así, soy una vergüenza andante.

Recuerdo la primera vez que me separé de Nasli (afortunadamente en ese momento en una semana volvimos), pero en ese corto tiempo no tardó en aparecer uno de tantos admiradores que ella tenía, un tipo fornido ligeramente mas alto que yo, con cara de violento (admito que Nasli solo conseguía pretendientes que podrían madrearme en un instante), pero el tipo en cuestión ya borracho me amenazó. Yo, valiente en negativo como soy, simplemente lo ignoré. Pero increíblemente al día siguiente estando sobrios los dos, me entró un ataque de amor y valor por esa mujer tan maravillosa y le aventé pleito al susodicho. Ahí sentí pena ajena, sin alcohol encima y lejos de Nasli, el pobre tipo hasta perdón me pidió.

Pero en esta ocasión estos sentimientos no se debieron a una experiencia divertida o burlona. Mas bien es todo lo contrario, al analizar la realidad de este pais, al observar simplemente el absurdo destino al que se dirige la sociedad mexicana, llena de muertes e impunidad, donde la solución es mandar soldados o engañarnos con que votamos y que por eso ya tenemos una democracia.

Hace unos días el 31 de enero precisamente, fueron asesinados un grupo de jovenes en Ciudad Juárez e inmediatamente FECAL los acusó de delincuentes, sin investigaciones, ni pruebas, ni nada, esa es la solución que este gobierno da a los problemas, a fin de cuentas resulta tan sencillo decir que todos somos delincuentes a menos que probemos lo contrario. Como siempre el enano habló estupidamente, como siempre la clase política quiere sacar un enorme beneficio electoral con esta desgracia, como siempre no pasa nada.

Como siempre son los familiares, quienes cargan con el dolor, el luto y la desesperación. Como muestras tengo muchas, las madres de mayo en argentina, los miembros del COFADAPPO en oaxaca y ahora claro las madres de estos jovenes masacrados.

Fue justamente una de estas madres la que me hizo sentir vergüenza, pero no una hipócrita lamentación repetida en televisión, hasta el cansancio, o una imposible empatía, pues mi hija afortunadamente no ha sufrido ningún mal en este momento.

Fue una madre que superó la insultante seguridad que acompaña a FECAL y en sus narices, con toda su rabia contenida, le gritó lo evidente, lo que todos sabemos, lo que la mayoría deberíamos gritar. Que no es bien recibido, que no esta haciendo nada o inepto, estúpido, lo que sea, los adjetivos son lo de menos, los adjetivos sobran. Excepto vergüenza, porque eso fue lo que esa madre al borde de la desesperación me hizo sentir, hacia mi persona, que vergonzoso es ser indiferente al dolor de una madre, que vergüenza tener dos manos, una voz y no gritar, no levantar los puños, como lo hizo una madre destrozada por el dolor. Vergüenza por tardar tanto tiempo en escribir estas lamentables líneas, vergüenza por querer ser inmune al dolor ajeno. Vergüenza por no saber iniciar una revolución despues de tanto dolor visto en mis hermanos. Vergüenza por quererme engañar que al poner estas pobres líneas ayudo en algo.

La pena ajena llegó al otro lado de la fotografía, pena ajena al ver a ese que presume ser presidente de este país, sin saber que hacer, cuando no tiene la protección de sus discursos o sus militares. Que lamentable que el presidente de un país, sólo pueda poner cara de pendejo cuando uno de sus ciudadanos, lo cuestione directamente. Incapaz si quiera de tener almenos un recurso de falsa retórica, ya no se diga un argumento lógico, una visión de estadista o un plan de acción. Pena ajena, ver la imagen de un FECAL aterrado, desnudo e impotente.

¿Y nosotros seguiremos escondidos entre vergüenzas e indiferencias? ¿Será que creemos absurdo morir para que nadie mas muera?