lunes, 6 de abril de 2009

Nayarit

¿Como vamos a ir tan lejos?
¿Cuanto cuesta un viaje hasta allá?
¿Cuando voy a volver a ver a mi hijo?
Yo no tengo tanto dinero y mi familia aquí ¿que va a hacer?

Estas y otras muchas preguntas parecidas llenaban los lugares donde con miedo, desconfianza y sobre todo desesperación nos lográbamos reunir.

Y por supuesto, no esta de mas decirles que Oaxaca es un pueblo hermoso, pero lleno de carencias y necesidades. Lleno de gobernadores tiranos y autoridades despiadadas.

¡Vamos a hacer colectas!, ¡cada quien que pague alguna cantidad!. ¡Vamos con un partido político!.

Fueron algunas ideas, algunas opciones. Pero ninguna solución en realidad, pues la solución va mas allá, de ver o no a un hermano injustamente detenido.

Yo les puedo decir que nunca vi lágrimas, es cierto, por eso soy el admirador mas grande de estos familiares valientes.

Y de pronto llego el primer pelotón de oaxaqueños, en realidad solo era un grupo de hermanos valientes que llegaron a lo que, allá lejos creíamos una tierra agresiva e indiferente.

Así conocimos Nayarit por mensajes esporádicos y sin confirmar, así el pueblo oaxaqueño estudiamos geografía.

Y entonces siguieron llegando los miembros del COFADAPPO se consiguieron camiones que, por cierto, estaban dejando varada a la gente en el DF.

Hermanos nayaritas, si ahora se me permite llamarlos hermanos, dejenme contarles que su ciudad de Tepic se volvió el destino turístico mas codiciado del país, pues, de un día para otro todos los pasajes estaban agotados o subieron de precio al 100% Hasta pensé que los presos políticos estaban en Cancún.

Las noticias cambiaban un poco, primero, que el penal no es de alta seguridad, sino mediana seguridad. Desde afuera no existe diferencia alguna, a miles de kilómetros da lo mismo si es alta, media o baja la seguridad, cuando eres familiar de un preso político, una cárcel es una cárcel, es el temor de no saber como se encuentra tu familiar, es el terrorismo psicológico del sistema que te obliga a no dormir, que te obliga a tener miedo para hablar, sentir y hasta pensar.

Llegaron noticias de que las torturas habían parado, que, aunque la injusticia de su detención no cambio en nada ni se resolvió, era ya un alivio saber que no eran torturados mas.

También escuchábamos que los compañeros eran vistos con recelo y desconfianza, debo confesar que no recuerdo bien si escuche o solo imagine que eran vistos con temor y desprecio.

Los familiares que emprendieron el viaje venían con la ilusión y la idea de ver y abrazar a sus familiares, traían cientos de mensajes para los primos, los hermanos, los padres, los hijos, las madres, los esposos y esposas. En fin venían llenos de palabras de aliento y buenas intenciones.

Una vez mas como pueblo fuimos engañados y humillados. No todos pudieron verlos, nunca pudieron entregar nuestros mensajes.

Pero las noticias seguían llegando y de pronto era el pueblo de Nayarit quien se unía, eran manifestaciones de apoyo enormes, era una solidaridad barbara.

Desde afuera una cárcel es una cárcel, la desesperación solo la alivia un poco el saber que hay alguien, que, sin la menor necesidad esta dispuesto a desvelarse, a arriesgarse por el ser que tu amas, aunque ellos no lo conozcan.

Yo por razones que aun no entiendo, escuche las palabras de los presos políticos de la APPO, escuche y viví el dolor incomparable que sufre el familiar de un preso político. Y también escuche de las muchas muestras de apoyo, que las personas que hoy considero mi familia recibieron, de parte de este pueblo solidario. Supe que marchaban, que apoyaban, que se desvelaban, que se arriesgaban. Todo por que tienen conciencia, valor, inteligencia y un corazón solidario tan grande que los accidentes geográficos que pusieron a Oaxaca tan lejos de Nayarit desaparecen, pues aprendimos a latir como uno solo. Pues en Nayarit aprendí que un hermano es un hermano no importa en que cárcel lo tengan secuestrado.

Hace ya casi dos años que el sistema asesino, no solo de oaxaca, no solo de mexico, sino de todo el mundo (que por cierto hoy nos ofende con sus crisis criminales) me creo una deuda con ustedes. Y hoy quiero pagar mi deuda diciéndoles Gracias hermanos nayaritas. GRACIAS